Tan solo una porción de semillas de calabaza aporta al organismo magnesio, zinc, potasio y hierro.
Además, la calabaza contiene poderosos antioxidantes. La rica composición permite que este producto tenga un efecto beneficioso sobre diversos aspectos de la salud.
Primero, apoyar la salud de los hombres.
Los médicos naturistas y alternativos han recomendado las semillas de calabaza para apoyar la salud de la próstata y prevenir la BPH (hiperplasia prostática benigna).
Un estudio realizado en Corea en 2009 analizó el aceite de semilla de calabaza para evaluar sus efectos en el sistema genitourinario. Los científicos informaron que las semillas de calabaza produjeron mejoras significativas en el flujo urinario y los participantes informaron una mejor calidad de vida.
En segundo lugar, las semillas de calabaza ayudan a equilibrar el azúcar en sangre.
Las semillas son una poderosa fuente de fenoles y antioxidantes, que normalizan los niveles de azúcar en sangre. Además, las proteínas incluidas en la composición tienen potencial antihiperglucémico.
En tercer lugar, la calabaza es tóxica para los organismos nocivos.
Hasta 1936, la farmacología estadounidense clasificaba las semillas de calabaza como remedios para los patógenos de los trastornos intestinales. Y los investigadores en China informaron que la calabaza combate con éxito los gusanos.
Cuarto, las semillas de calabaza son excelentes para proteger el corazón.
Los poderosos fitoquímicos y ácidos grasos omega-3 que se encuentran en las semillas de calabaza tienen un efecto protector contra la fibrilación ventricular, una de las principales causas de muerte cardíaca.
Quinto, las semillas promueven niveles saludables de colesterol.
En 2011, un estudio doble ciego controlado con placebo de mujeres posmenopáusicas encontró que el aceite de semilla de calabaza normalizaba los niveles de colesterol en sangre.
Pero los efectos de las semillas de calabaza fueron más allá de esta mejora; además, las mujeres que tomaron semillas de calabaza también experimentaron una presión arterial estable.